Hace dos semanas estuve en una situación que me hizo reflexionar
sobre algo que es muy importante y que muchas veces se nos olvida. Algo tan amplio como también tan
sencillo: la vida. La mayoría de las personas vivimos nuestro día a día sin
apreciar realmente todo lo que tenemos, dejando que detalles y cosas sin mucha
importancia no nos dejen ser completamente felices, no disfrutando las cosas
pequeñas y dando por hecho algo tan importante como la salud.
Hace dos semanas me operaron
en un hospital en Boston en dónde todos los cuartos son de dos personas y a mi
me tocó compartir cuarto con una niña de 17 años. Después de la primera noche
ahí acabé desesperada con mis vecinas de cuarto (la niña y su mamá) porque
hacían muchísimo ruido y hablaban muy fuerte en un idioma raro y no me dejaban
dormir nada ya que las camas solo estaban separadas por una cortina. Al día
siguiente que fue el doctor a ver a la niña, escuchamos que le dijo que ya
habían considerado todas las opciones para tratar su pierna pero que con el
nivel de cáncer que tenía lo mejor que podían hacer era que la amputaran, luego
le dijo que lo bueno de todo esto era que el cáncer que tenía en los pulmones iba
un poquito mejor pero que le tenían que hacer todavía otra operación y muchos estudios
más. Mientras más seguía hablando el doctor más mal me sentía yo de haberme
quejado tanto de ella. Se fue el doctor y en lugar de llorar y pasarla mal por
la noticia de su pierna la escuchábamos morirse de risa con una película y su
mamá nos vino a decir que estaban muy felices con la noticia porque ellas pensaban
que ya no había esperanza. A partir de ese día, todas las noches no se que le
hacían en la pierna que se la pasaba horas llorando y gritando de dolor, sin
embargo, en los días estaba feliz haciendo pulseras y viendo la tele, platicaba
con las enfermeras y hasta les preguntaba a mis papás por mí. En fin, el punto
es que la actitud que ella tuvo todos los días que yo estuve ahí me hizo darme
cuenta de lo importante que es disfrutar cada momento porque nunca sabes cuando
las cosas se pueden complicar ya sea por culpa propia o por causas ajenas a ti.
Aprendí que la felicidad es una decisión y que no importa la situación que te
toque vivir siempre hay que ver hacia delante y tratar de ver el lado positivo
de las cosas.
María Zorrilla