La escuela de Atenas

La escuela de Atenas

domingo, 13 de marzo de 2016

Jaime García de Vinuesa
6ºA CCH
Filosofía
“Noches Blancas” por Dostoievski

Mi libro se llama “Noches blancas”, está escrito por Dostoievski. Se le puso ese nombre porque en porque en Rusia hay un fenómeno natural llamado noches blancas en el que durante unos días la obscuridad no es absoluta. Llevo leído el primer capítulo titulado “primera noche” y empecé el segundo que se llama “segunda noche”.
Primero voy a citar una pequeña biografía de Dostoievski para entender el contexto en el que vivió y escribió este libro.

“Fiódor Mijailovich Dostoievski; Moscú, 1821 - San Petersburgo, 1881. Novelista ruso. Educado por su padre, un médico de carácter despótico y brutal, encontró protección y cariño en su madre, que murió prematuramente. Al quedar viudo, el padre se entregó al alcohol, y envió finalmente a su hijo a la Escuela de Ingenieros de San Petersburgo, lo que no impidió que el joven Dostoievski se apasionara por la literatura y empezara a desarrollar sus cualidades de escritor.

A los dieciocho años, la noticia de la muerte de su padre, torturado y asesinado por un grupo de campesinos, estuvo cerca de hacerle perder la razón. Ese acontecimiento lo marcó como una revelación, ya que sintió ese crimen como suyo, por haber llegado a desearlo inconscientemente. Al terminar sus estudios, tenía veinte años; decidió entonces permanecer en San Petersburgo, donde ganó algún dinero realizando traducciones.

La publicación, en 1846, de su novela epistolar Pobres gentes, que estaba avalada por el poeta Nekrásov y por el crítico literario Belinski, le valió una fama ruidosa y efímera, ya que sus siguientes obras, escritas entre ese mismo año y 1849, no tuvieron ninguna repercusión, de modo que su autor cayó en un olvido total.

En 1849 fue condenado a muerte por su colaboración con determinados grupos liberales y revolucionarios. Indultado momentos antes de la hora fijada para su ejecución, estuvo cuatro años en un presidio de Siberia, experiencia que relataría más adelante en Recuerdos de la casa de los muertos. Ya en libertad, fue incorporado a un regimiento de tiradores siberianos y contrajo matrimonio con una viuda con pocos recursos, Maria Dmítrievna Isáieva.

Tras largo tiempo en Tver, recibió autorización para regresar a San Petersburgo, donde no encontró a ninguno de sus antiguos amigos, ni eco alguno de su fama. La publicación de Recuerdos de la casa de los muertos (1861) le devolvió la celebridad. Para la redacción de su siguiente obra, Memorias del subsuelo (1864), también se inspiró en su experiencia siberiana. Soportó la muerte de su mujer y de su hermano como una fatalidad ineludible. En 1866 publicó El jugador, y la primera obra de la serie de grandes novelas que lo consagraron definitivamente como uno de los mayores genios de su época, Crimen y castigo. La presión de sus acreedores lo llevó a abandonar Rusia y a viajar indefinidamente por Europa junto a su nueva y joven esposa, Ana Grigorievna. Durante uno de esos viajes su esposa dio a luz una niña que moriría pocos días después, lo cual sumió al escritor en un profundo dolor.
 
A partir de ese momento sucumbió a la tentación del juego y sufrió frecuentes ataques epilépticos. Tras nacer su segundo hijo, estableció un elevado ritmo de trabajo que le permitió publicar obras como El idiota (1868) o Los endemoniados (1870), que le proporcionaron una gran fama y la posibilidad de volver a su país, en el que fue recibido con entusiasmo. En ese contexto emprendió la redacción de Diario de un escritor, obra en la que se erige como guía espiritual de Rusia y reivindica un nacionalismo ruso articulado en torno a la fe ortodoxa y opuesto al decadentismo de Europa occidental, por cuya cultura no dejó, sin embargo, de sentir una profunda admiración.

En 1880 apareció la que el propio escritor consideró su obra maestra, Los hermanos Karamazov, que condensa los temas más característicos de su literatura: agudos análisis psicológicos, la relación del hombre con Dios, la angustia moral del hombre moderno y las aporías de la libertad humana. Máximo representante, según el tópico, de la «novela de ideas», en sus obras aparecen evidentes rasgos de modernidad, sobre todo en el tratamiento del detalle y de lo cotidiano, en el tono vívido y real de los diálogos y en el sentido irónico que apunta en ocasiones junto a la tragedia moral de sus personajes.

“Primera noche” se trata de Dostoievski hablando de cómo es su vida en San Petesburgo, es muy observador y conoce a todo su vecindario sin que necesariamente ellos lo conozcan a él. Se muestra muy pensativo y dice cosas pensando qué dirían las casas si pudieran hablar, por ejemplo cuando habla de una casa que era muy bonita, sobre todo comparada con las casas vecinas, pero un día pasa Dostoievski enfrente de ella y se da cuenta que la pintaron amarilla, haciendo que en vez de verse bonita se vea espantosa y dice lo que piensa que está diciendo la casa. También se imagina cómo es la vida de la gente que ve todos los días y por eso es como si los conociera aunque en realidad no sabe mucho de ellos.
En este mismo capítulo habla de cuando ve a una señora llorando y empieza a platicar con ella, se caen muy bien y ella lo invita a su casa. Platican y se ponen de acuerdo para verse al siguiente día pero el trato es que él no puede amarla a ella para siempre.

La segunda noche prefiero dejarla para el siguiente ensayo ya que sólo he leído seis páginas y yo creo que es mejor hablar de capítulos completos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario