Tratados morales de Seneca
Escogí esta obra por que estoy considerando muy seriamente estudiar
derecho y la moral va directamente de la mano con la Justicia y la Ética aparte
de que te da un amplia visión de la naturaleza del hombre, su búsqueda por la libertad
y su comportamiento cotidiano. Este libro me atrajo mas que nada por que investigue
quien fue Lucio Anneo Seneca y me intereso aun mas este conjunto de obras ya
que Seneca era un filosofo y político de la edad antigua en Roma, fue senador,
consejero y ministro imperial con 4 emperadores diferentes lo cual le dio un
amplia experiencia y conocimiento político además de ser un respetado y
admirado maestro y filosofo de los mismos emperadores y clase alta romana que
mas tarde administraría el imperio.
La obra comienza hablando de que el hombre no es libre por
naturaleza y obtenerla no es una misión fácil o por lo menos no lo es físicamente ya que
estamos sometidos a una serie de necesidades imposibles de negar, el espíritu
por otra parte es mucho más fácil de liberar simplemente conteniendo nuestras
pasiones sin apegarnos a las cosas, una alma no se puede reprimir, desaparecer,
abatir ni deprimir en cambio las emociones que corren por nuestras mentes como
el animo son manipulables, desechables y nos impiden conquistar la libertad
cayendo en pasiones denominadas como
“acciones reprobables por el alma” ,el alma puede mantener independencia del
mundo exterior mientras es algo imposible para la mente y cuerpo. Para Seneca
el hombre libre no es uno que no tiene emociones, sino que las controla ,el
movimiento de su alma y sus impulsos, el define a la libertad como; “No temer a
los hombres, ni a los dioses; no desear nada deshonesto, ni excesivo; tener el
completo señorío del mismo.” esto causa mucho dolor en el hombre ya que nos
causa carencia de sentimientos, represión y dominio de la mente que tiene
consecuencia al realizar un gran esfuerzo para lograrlo, “cuando ya esta curada
la herida queda una cicatriz”. Esto puede llegar a ser algo contradictorio ya
que Seneca era un hombre extremadamente rico con una vida puramente política,
vicios e impulsos, tenia tendencia a buscar placer en lo material y si
aceptamos objetivamente, los hechos son que un político ya sea para bien o mal
se debe someter a ordenes superiores, a la deshonestidad e intereses
individuales no colectivos.
La primera obra de la cual habla Seneca que cabe mencionar fue
dedicada a su hermano Galion el cual amaba profundamente se llama “De la vida
bienaventurada” que se trata de lo que nos esta indicando el mismo titulo, una
vida feliz y afortunada . Todos queremos tener una vida feliz, pero primero
tenemos que ver que es lo que queremos y que podemos alcanzar en menos tiempo
adelantando día a día y cuanto mas cerca estemos de ello a que nos ganen
nuestros deseos naturales, por que mientras mas estemos vagabundeando en la
vida mas nos van a ganar nuestros gritos y confusiones causando una vida sin
guía, una vida corta de la equivocación. Se tiene que determinar a donde vamos
y por donde, es bueno preguntar a vecinos y experimentados sobre el camino que
queremos elegir para no extraviarnos en un camino poco conocido, ya que si
decidimos irnos por un camino fácil y famoso ahí es sonde nos podemos perder.
Seneca nos dice que no hay nada peor que seguir al rebaño, a los que van por
delante, caminando no por donde se debe ir sino por donde cualquier ordinario
se va, no hay nada pero que ajustarnos a la que ya se dice, pensando que lo
mejor es lo que todos dicen, eso no es vivir con razón sino imitación. Cuando
vayamos a tomar una decisión uno no se puede basar en que es lo que piensan los
demás sino que tenemos que formar nuestras propias opiniones con base a lo que
es bueno para nosotros antes que nada como individuos, por que si no hacemos
esto estamos desaprovechando nuestro mas divino poder y privilegio como
criaturas “la razón” y todo se convierte en una mentira, se tiene que buscar lo
mejor no lo que es acostumbrado ya que solamente eso nos va a colocar en una
felicidad eterna y no algo que le agrade al vulgo que al final es mala
interprete de la verdad, vulgo siendo desde la persona que usa la corona. No se
juzga a un hombre solo por verle el rostro, tengo una luz mejor y mas cierta
para detectar la falsedad y verdad, el alma encuentra lo que es bueno para el
alma.
En mi conclusión me gustaría expresar lo coherente que es Seneca al
decir que somos esclavos de nuestro cuerpo, emociones, vicio y solamente el
alma puede llegar a ser libre ya que solo nosotros la podemos dominar
completamente, es intocable por la sociedad si eso lo deseamos, no me gustaría
tocar el tema religioso pero va de la mano con lo que cada quien define por
alma, pero el alma no es tangible ni maleable por lo tanto no le pertenece a
nadie mas que a nosotros, a ninguna religión ni dios. Podemos hacer lo que
queramos con ella y nadie lo notaria ni sabría, el alma siempre va a tener
independencia del mundo pero siempre debemos saber controlarla aunque llegue a
ser doloroso y reprimido con nosotros mismos. Por otra parte Seneca puede llegar
a ser muy contradictorio, fue mencionado anteriormente que Seneca era rico y de
las esferas mas poderosas de su tiempo y
por lo tanto con muchas dudas podemos confiar en la devoción a sus propios
pensamientos.
Por ultimo en su obra “De la vida bienaventurada” me siento muy
identificado con las ideas que intenta transmitir o por lo menos lo que entendí
de ellas. El valor que tenemos como individuos es tan precisos como la misma
vida y si no lo usamos estamos perdidos, somos otra gota en el mar.
Segundo
libro: De la brevedad de la vida
Punto.1
A modo de introducción, Séneca plantea la paradoja que le
da pie a hablar sobre el tiempo, la muerte y la utilización de la vida. Dice
que no solo “el vulgo ignorante”, también “los hombres esclarecidos”
se quejan de la “mala voluntad de la vida” al engendrarnos para un
periodo de vida tan escaso y que se pasa tan rápido. Para, a continuación,
afirmar tajantemente que la vida es larga si se invierte bien, “no tenemos
poco tiempo, sino que perdemos mucho”.
Punto II. ¿Por qué nos quejamos de la naturaleza, y no de
nosotros?
Dice Séneca que la naturaleza es generosa con la vida, y si
se sabe usar es larga. Pero, somos nosotros los que, con nuestra forma de vivir
llena de tareas vanas, nos quitamos la libertad para disfrutar de la vida
plena. Enumera esa forma malsana de vivir y los quehaceres superficiales que
nos atan y quitan la vida: la avaricia, la indolencia, los vicios, el ajetreo,
ocupaciones superfluas...Concluye diciendo: “de la vida es escasa la parte
que vivimos” porque el resto no es vida, es mero tiempo.
Punto III. Echamos cuentas de nuestros dineros y no de
nuestra vida que derrochamos.
La ceguera de las mentes humanas es tal que nadie
consentiría compartir su dinero o que ocupen sus propiedades, sin embargo
dejan a otros que se introduzcan en su vida; “son de puño cerrado a la hora
de mantener su patrimonio y, a la vez, son derrochadores con lo único que es
honrado ser avaro”. Ese derroche de vida es porque “vivís como si
fuerais a vivir siempre”, no recordando nuestra fragilidad. “Teméis
todo, como si fuerais mortales, y deseáis todo, como si fuerais inmortales”.
Punto IV, V y VI. Pone el ejemplo de hombres poderosos
Se apoya en tres ejemplos de poderosos que pareciendo muy
felices dan testimonio contra las acciones de su vida. Uno que anhelaba el
descanso (Augusto); otro que dice que vivía en semilibertad (Cicerón);
o el que maldice no haber tenido tiempo libre (Livio). Del primero dice que
buscaba consuelo fantaseando el pensamiento lo que sabía que no podía
disfrutar en realidad. Del segundo, afirma que un sabio nunca será semilibre,
siempre tendrá libertad de su propia autoridad. Del tercero comenta que las
quejas nunca hicieron cambiar a los hombres, pues los sentimientos vuelven a su
curso habitual, tras el desahogo de las palabras.
VII. Cómo se vive
Repasa las distintas formas de malvivir, los que no tienen
tiempo libre salvo para el vino y el desenfreno, los avaros e iracundos, los
que ejercen el odio o la guerra injusta, los que pasan el tiempo maquinando,
adulando o siendo adulado. En eso invierten su tiempo. Hombres ocupados con un
ánimo impedido no asimilan nada en profundidad. Otros, conseguido lo que
anhelaban, poder, cargo, etc., se preguntan luego cuando escaparán de él. No
saben vivir. “Cada cual precipita su vida y se atormenta por el deseo del
futuro y el hastío del presente”.
VIII. Desprecio por el tiempo, el bien más preciado
Nadie aprecia el tiempo, lo usan con descuido, dice, “como
si fuera gratuito”. Sólo cuando ven que se les agota están dispuesto a
gastar todo lo suyo por vivir. Se malgasta el tiempo para acumular bienes
materiales que luego estamos dispuestos a dar a cambio de más tiempo. Dice
Séneca: “si se pudieran poner ante cada uno el número de años venideros,
igual que los pasados, temblarían y cómo ahorrarían”. Es fácil
administrar lo seguro, pero lo que hay que cuidar con más atención es lo que
no sabemos cuando faltará.
IX. Quienes no sabiendo vivir el presente viven de la expectativa
del futuro
Critica la insensatez de aquellos que proveen la vida a
costa de la vida, haciendo proyectos a largo plazo. Pues dice: “el mayor
obstáculo para la vida es la expectación que depende del mañana y pierde lo
de hoy”. Disponen de lo que está en manos de la fortuna y renuncian a lo
que está en la suya.
X. Los tiempos en que se divide la vida
Divide la vida en tres tiempos: el que fue, el que es y el
que será. De ellos el que vivimos es breve, el que viviremos, dudoso, y el que
hemos vivido, inamovible. Las mentes serenas y firmes recorren todas las partes
de su vida, mientras que los ánimos de los ocupados les impide volver la
mirada hacia atrás y el presente, tan breve, y tan inmersos en sus
ocupaciones, se les escapa.
XI. La salida de la muerte
Para muchos, “cuando la naturaleza manda su aviso, mueren
no como si salieran de la vida, sino como si los expulsaran de ella”. Sólo
entonces piensan como han desperdiciado su vida. “La vida, por poca que sea,
abastece con suficiencia”, si se sabe aprovechar. Por eso, el sabio,
alejado de toda ocupación y negocio, que no ha desperdiciado la vida, “no
dudará en marchar cara a la muerte con paso firme”.
XII. Aclara a quienes llama ocupados y ociosos
Los ocupados no son sólo los que “no echas ni con perros
de sus trabajos” u obligaciones, también los que llevan una vida ociosa,
que se puede llamar de ocupación desidiosa. La holganza de algunos es
atareada.
XIII. Critica la erudición mal encaminada
Aquellos empeñados en la afición por lo inútil, los
eruditos extravagantes.
XIV XV. Dedicar el ocio a la sabiduría a conversar con los
sabios del pasado que enriquecen la vida
Los que dedican el tiempo a la sabiduría “no sólo
preservan su vida, sino que añaden todas las demás, y todo lo acaecido antes
que ellos les resulta ser una adquisición”. Los egregios maestros están a
disposición de todos los mortales, ninguno de ellos carecerá de tiempo, todos
los siglos estarán a nuestra disposición. Ninguno de los sabios maestros
echará a perder la vida los años de nadie, al contrario contribuirá con los
suyos. “Ninguno de ellos te obligará a morir, sino que todos te lo
enseñarán”.
XVI. Quienes faltándole las ocupaciones no saben
administrar su ocio
Aquellos que cuando les falta las ocupaciones se consumen
abandonados en el ocio. Quienes pierden el día en espera de la noche y compran
las noches por miedo al día.
XVII. Los temores de los poderosos
A los poderosos no les agrada tanto la magnitud de su poder
o su fortuna como el terror que les produce su final venidero. Sus placeres son
ansiosos por cuanto no dejan de pensar ¿cuánto durará esto?. Pues “todo lo
obtenido por casualidad es inestable y lo que más alto se eleva queda más
expuesto a la caída”.
En este ensayo, Séneca intenta trasladar su filosofía de
cómo alcanzar la felicidad, en la vida individual, a través de la virtud.
Para ello, de forma epistolar, expone un conjunto de reflexiones, utilizando
metáforas y parábolas, y ofrece varias lecciones sobre la vida, el tiempo y
la muerte. Proyecta valores y critica lo que él considera vicios (la envidia,
la vanidad, las riquezas, el ocio, los placeres). El motor principal de sus
reflexiones es su espiritualismo filosófico y su concepción sobre las dos
causas que explican la realidad: la materia y el logos (razón). La
razón, es el alma que tiende hacia la honestidad; y el cuerpo, está sometido
a la ley de la materia que genera lastres para que el alma consiga la virtud.
Dejando al margen las cargas moralistas, y otras
trascendentes que pudieran sugerir desde posiciones de fe, es indudable que las
reflexiones de Séneca, sobre la brevedad de la vida, mantienen actualidad, son
transversales, y siguen dando qué pensar. El sentido de la vida, de la muerte
y de la felicidad, qué buscamos, qué hacemos, cómo nos sentimos...
La realidad es que, la mayoría de las veces, no tenemos
plena conciencia de la vida que llevamos, raramente nos hacemos la pregunta de
si estamos sabiendo vivir de la mejor manera, y siempre evitamos pensar en la
muerte, aunque inconscientemente nos persiga en todo momento (obsesión por la
juventud, o miedo al envejecimiento y declive hacia el final. Probablemente,
esto es así, porque vivimos en una sociedad que nos marca los tiempos, las
pautas y la rutina.
Una sociedad donde la influencia sociocultural, los
desarrollos tecnológicos, la organización económica y social, condicionan
sobremanera la conducta individual. Terminamos siendo el producto de una
sociedad que ofrece mucho pero exige aún más. Una sociedad en la que nos
zambullimos en aguas plácidas unas, turbulentas otras, con la aspiración de
permanecer a flote y, en muchas ocasiones, incitados a llegar a la orilla de
una isla deseada que se nos ofrece (felicidad). Una felicidad que se presenta
en forma de seguridad económica, de ambición materialista, de hedonismo, de
prestigio, de poder o de reconocimiento social. Una felicidad cuya búsqueda
termina divorciándose de la vida.
Lucio Anneo Senca,Tomo 1 ,1948, Tratados morales, introduccion de Jose M Gallegos.
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