Juan Pablo Lacadiere
22 de octubre de 2012
Cada vez me cuesta más hacer estos ensayos... La subjetividad, que reina en todos los rincones del mundo filosófico me ha llegado a desesperar en ocasiones, ya que ese encuentro con los límites de la razón no deja otra opción más que seguir pensando y reflexionando sin encontrar una maldita respuesta.
Pero como no tengo elección, y además encuentro en la filosofía la única forma de, cuando menos, acercarnos un poco al eterno misterio de la verdad, intentaré analizar y dar mi punto de vista sobre un tema que no ha llegado a causarme tanto conflicto como algunos otros. El amo y el esclavo.
¿Quién juega papel de amo y quién de esclavo en nuestro mundo?
Se podría pensar que los amos vendrían siendo los gobernantes, empresario y dirigentes; mientras los trabajadores, subordinados y proletariado tomarían el rol de esclavos. Pero, ¿no es acaso el empresario un subordinado de los gobernantes, e incluso de algunos trabajadores de otras empresas u organizaciones?, y ¿no es el gobernante también esclavo, cuando tiene que tomar decisiones que le ordenan y/o sugieren otras personas?
Partiendo de este cuestionamiento, he llegado a tener la opinión de que nadie es ni amo ni esclavo absoluto. Todos somos ambos en algún punto de nuestra vida, quizás en todo momento. Sin embargo, lo que, a mi parecer, sí es una realidad es que algunas personas juegan más veces como esclavos y otros, más veces como amos. Esta diferencia, ha desencadenado una lista interminable de conflictos sociales, además de incontables batallas entre exponentes de distintas posturas filosóficas. Algunos alegan sobre la inequidad de oportunidades para ser amo, mientras otros opinan que el ser amo es algo que se gana o que se ganó en el pasado. Discusión interminable...
Nuestra época capitalista nos enfrenta al dilema amo-esclavo todos los días. Pero, ¿habrá alguno que ejerza un papel más importante que el otro dentro de la sociedad? El amo dirige, distribuye, dicta reglas; pero ¿tendría esto algún sentido si no hubiera nadie a quien dirigir? ¿se podrían cumplir todos los objetivos deseados? A mi parecer no. Aunque creo que en el mundo humano siempre será imprescindible e inevitable la presencia de líderes, la existencia de un esclavo será lo que le de valor a ese liderazgo.
Me gustaría concluir añadiendo que creo que si la humanidad analizara los puntos anteriores, se daría cuenta de que todos somos personas por encima de todo, ya que todos jugamos papeles de amo y esclavo, y somos dependientes (otra vez, bajo el contexto de sociedad) de nuestros amos y nuestros esclavos. Por ello deberíamos aprender a pensarnos como iguales, sin importar qué papel juegue cada uno.
Según Hegel, el intercambio de roles, es decir, ser amo y esclavo en diferentes momentos es la única forma de lograr reconocer al otro.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con la postura de Juan Pablo de que no se puede ser esclavo ni amo en absoluto, y menos hoy en día. Puedes trabajar en una empresa y tener un puesto bien, ahí eres ambas cosas, eres el esclavo para quien trabajas y el amo para los que trabajan para ti. Al estar en estas situaciones, es necesario llevarse bien con tus superiores e inferiores, ya que como dice Hegel, debe existir cierta relación para ver buenos resultados.
ResponderEliminarMuy buena reflexión... En lo personal, me sorprende que dentro de la relación amo-esclavo muchas veces haya conflictos ya que el uno al otro pueden llegar a hacer críticas y atacar al otro. Pero de lo que no se dan cuenta en el mayor de los casos es que uno necesita al otro, dependen del otro y no se dan cuenta de esto.
ResponderEliminarComo lo menciona Fer en el primer comentario, Hegel al hablar de este intercambio de roles esta describiendo la situación, relación ideal entre otros para lograr el reconocimiento del otro, lo cual en mi opinión es básico en la vida de ambos.