La escuela de Atenas

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domingo, 18 de agosto de 2013

¿Qué es eso de filosofía?


¿Qué es eso de la filosofía? A lo largo de los años, muchos se han enfrentado a problemas definiendo este concepto pues unos lo consideraron una ciencia, otros una disciplina e incluso otros una actitud. Entonces, ¿qué es eso realmente?  Etimológicamente significa amor a la sabiduría; amor que ha acompañado al hombre desde sus orígenes, pues sólo basta recordar a Homero y a Platón para demostrar que éste ya existía en los años antes de Cristo. De hecho, me atrevería a decir que su origen data de cuando al hombre se le otorgó la compleja capacidad de pensar, pues si no fuera por la razón, nadie se preguntaría y, por ende, el conocimiento sería reducido. Entonces, dada esta definición, ¿cuál es la diferencia entre un filósofo y otra persona? Según Xavier Rubert de Ventós, hay ciertas actitudes que los diferencian:
“El otro”: Es aquella persona que cree que las cosas son claras y conclusivas, que todo se puede ubicar dentro de un esquema clasificatorio y quien quiere conocer la razón de todo por miedo al mundo, a lo desconocido. Como diría  Xavier Rubert de Ventós, es ese alguien que está permeado por la “necesidad primitiva” y la “necesidad neurótica”; es decir, la obsesión por explicar y clasificar todo que compartímos con los pueblos primitivos y la necesidad compulsiva de saber todo conocida como neurosis. Hasta ahora esto sonaría contradictorio, pero la certeza a veces es algo que impide llegar a “la verdad”. Como resultado, el filósofo lo podría ver como alguien conformista que no quiere ver más allá; como alguien que más bien basa su pensamiento en lo que dictan sus necesidades.  
El filósofo: Es esa persona que reconoce que las cosas no son claras; que acepta lo desconocido. Es quien explora en la confusión haciéndose preguntas que cuestionan desde lo más simple a lo más complejo, las cuales sólo desencadenan otras preguntas o llegan a una paradoja. Además, un filósofo mezcla las experiencias, sabe que no todo se puede manipular, desconfía de las explicaciones y se arriesga.
Aunque claro que como en la vida nada es totalmente blanco o negro, la definición de cada perfil no es tan rígida como parece, pues cada persona experimenta una parte de ambos a lo largo de su vida, por lo menos cuando se es niño. Yo creo que todas las personas se han preguntado sobre cosas que saben que nunca tendrán respuesta, pues es natural buscarle un sentido a la vida, y es entonces cuando deciden tomar uno de los dos caminos: encerrar esas ideas en una caja y conformase con la explicación que ya se les ha dado, o por otro lado dejarse maravillar por lo desconcertante que es la vida. Entonces tampoco me parece que el que “ama la sabiduría” es necesariamente más inteligente que el otro, pues la inteligencia también está ligada a las habilidades; lo que me lleva a creer que más bien es cuestión de personalidades.
En suma, según lo que entiendo, la filosofía es una actitud que lleva a cuestionarnos sobre una infinidad de cosas para poder comprender mejor pero sin el fin de alcanzar una verdad incuestionable. Así, la filosofía no nos da seguridad ni nos da consuelo. Por consiguiente, filosofar es preguntarse, es permanecer en la meditación, es interpretar la realidad. Finalmente, los filósofos son aquellos curiosos que se dedican a la filosofía, aunque cabe señalar que todas las personas pueden filosofar.  

·      De Ventós, Xavier Rubert. Por qué filosofía. México: Sexto piso, 2004. 

Renata Rocha 


1 comentario:

  1. Renata:
    Excelente explicación del artículo, creo que lo has entendido muy bien. ME gusta esa actitud que describe a la filosofía y que no le quita la oportunidad a cualquier persona para filosofar. Tus ideas son claras y todo tu ensayo está estructurado, definitivamente tienes una capacidad desarrollada a la ahora de escribir, sigue trabajándola.
    Tienes 10.

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