La etimología de
la palabra filosofía proviene del griego antiguo philosophia, en donde philo
significa amor y sophia significa
sabiduría: “amor a la sabiduría”. Suena algo fácil, ¿no? Puede que si, pero
antes que nada, ¿cómo es que se “ama a la sabiduría”?
A muchos de nosotros, si no es que a todos, nos
interesa conocer, comprender o saber sobre algún tema, ya sea algo de
Literatura, Matemáticas, Física, Psicología o Medicina. Según Xavier Rubert de
Ventós, nuestro interés por entender y saber las cosas proviene de una
necesidad vital de “verlo todo claro”. Por esto mismo, se tiene la percepción
de que todo lo que sucede no es casualidad, sino causalidad. Hoy en día se sabe
y se ha comprobado que ciertas cosas suceden debido a ciertas causas, como: reacciones
químicas, efectos físicos, mutaciones genéticas, cálculos numéricos, escritos
históricos, análisis clínicos, entre otros. Este conocimiento nos lo da las
diversas ciencias con sus respectivas pruebas, pero, aún así, ¿cuál es la
verdadera verdad?
La filosofía intenta descubrir y estudiar la
verdad sobre diversas cuestiones, como lo son: la existencia, la vida, la
mente, la moral o el pensamiento. Esto lo logra mediante el cuestionamiento
racional sobre las cosas, en busca de distintas respuestas de todo tipo, pero,
lo único que encuentra son más preguntas. Por esto, la filosofía siempre va a
buscar la verdad sabiendo que nunca va a lograr encontrarla; esto conlleva a
que todo filósofo tiene que reconocer que las cosas no se pueden ver del todo
claras. Aquí es donde nuestra necesidad por saberlo todo se opone ante la
adversidad del no poder saberlo todo.
Al final, puede que el amar a la sabiduría sea
algo fácil o difícil, claro o confuso, necesario u opcional, pero uno siempre
tendrá la curiosidad de saber las cosas que no comprende. Por lo anterior, la
filosofía es el querer saber, sabiendo que no vas a saberlo.
Fausto Villagómez
La frase final es una gran conclusión. Saber que no vas a saber todo y bueno, quizá, en la medida de lo posible, la filosofía ayude a dar parámetros o ejes ante un cuestionamiento vital. Muy interesante la postura Fausto.
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