Diogenes 

Diego Arámburu 

Tras la muerte de Sócrates, sus discípulos tomaron caminos distintos creando nuevas escuelas filosóficas.

Una de estas fue la Escuela Cínica, estos tomaban como ejemplo a los animales y la naturaleza, como ejemplos de autosuficiencia. Del estudio de estos surge un modelo de comportamiento ético que creían era básico para lograr la felicidad.

Uno de los representantes más importantes de esta escuela, es sin duda Diógenes, filósofo que también era conocido en Atenas como “el del tonel”, esto porque literalmente su única posesión era un tonel en el cual vivía. ¿qué es un tonel? 

Despreciaba todo tipo de comodidades y tenía una enorme tendencia a ir en contra de las reglas sociales. Llevando sus acciones a límites que rayan en lo absurdo con tal de demostrar su forma de ver la vida. Desde echar “cake” en plazas públicas hasta disfrutar de una buena chaquetita en sitios donde el resto de la sociedad pudiera deleitarse con sus delicadas acciones.

Diógenes es también es famoso por una serie de anécdotas que transmiten en su totalidad la esencia de este increíble personaje. Por ejemplo se dice que un día mientras comía lentejas, Aristipo le dijo “Si aprendieras a ser sumiso al rey no tendrías que comer esa basura”, a lo que el respondió “Y si tu hubieras aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey”.

Me atrevo a decir que Diógenes fue una persona que realmente disfrutó de su vida. Mucha gente podrá decir que como es posible que una persona así de “mal de ahí arriba” haya sido realmente felíz. Pero realmente creo que lo logro, sin ningún apego material, realmente libre, sin atadura alguna y viviendo en la simplicidad de un tonel. Y claro disfrutando de la conveniencia de poder “tirar roca” (if you know what i mean) en donde surja la necesidad. Si eso no es felicidad, no sé qué lo es.