El Ensayo

¿Qué voy a escribir? Pregunta bastante común en mi vida, cada vez que me encuentro un día antes de hacer la tarea me hago esta interrogante, al igual que sin duda, muchos otros de mis compañeros. ¿Cómo puedo preocuparme tanto por tan simple pregunta? Hay tantos eventos que ocurren diario de los que uno podría escribir y sin embargo no logro escoger ninguno, tantas experiencias, sentimientos y pensamientos que podría escribir y no puedo escoger uno. La gran y enorme tarea de escribir un ensayo de una cuartilla cada dos semanas para la materia de filosofía es algo que yo encuentro tedioso. Se me hace algo complicado porque no le veo la razón en ponerme a escribir sobre algo que no me interesa, no indagaría lo suficiente y por lo tanto sería un ensayo mediocre. Es necesario entonces encontrar un gran tópico, uno que sea interesante y que al mismo tiempo sea fácil, profundo y  que se pueda argumentar, uno del que conozca suficiente como para que me interese pero no tanto como para que diga "que fácil". Tiene que presentar un reto, algo desconocido pero al mismo tiempo vagamente conocido, algo de actualidad pero sin caer en un reporte de lo que está pasando en el mundo hoy en día. Después largas horas de meditación e investigación, uno se decide y elige su tópico. Al haber hecho esta gran decisión uno tiene que seguir, tiene que pensar, que va a escribir y como lo va a hacer. Suena fácil esta tarea una vez que ya tiene uno el tema, y sí, es más fácil que la previa pero muchas veces uno acaba delirando sobre los argumentos y se le olvida que quería decir en un principio. Así al ya haber escrito un párrafo ya olvidó que seguía o que tenía en mente y es ahí cuando se empieza a complicar, uno empieza a dudar si su elección fue la correcta o más bien la más fácil. En estos momentos de crisis y tensión volteamos a ver el reloj y vemos que ya casi es hora de entregar el ensayo, y en ese momento sucede algo que sin duda todos conocemos y hemos experimentado alguna vez en la vida, nos entra una especie de inspiración y las ideas empiezan a fluir, nadie sabe si es por la urgencia de meternos a nuestra cama que nos está "echando ojitos" y nos invita a dormir o por la presión de entregar la tarea a tiempo, pero sucede. Voltea uno a su pantalla y se da cuenta que ha escrito ya una cuartilla y que al fin se puede dormir y es ahí cuando sentimos gran satisfacción y se nos levanta un peso de encima porque ya, al fin, hemos concluido con nuestra gran tarea, el ensayo.

Justo FV