Últimamente,
como ya todos sabemos desaparecieron 43 estudiantes de la escuela normal (para
ser maestro) en Ayotzinapa, Guerrero. Todo esto sucedió el 26 de Septiembre,
luego todos los políticos empezaron a decir que era muy triste el caso, otros a
ofrecer dinero a cambio de información relacionada con “Los Guerreros Unidos”
que es el nombre del grupo de crimen organizado que opera en el estado de
guerrero y sus alrededores. Después se encuentran algunos de los cuerpos en
fosas, totalmente quemados y mandan a comprobar la identidad de estos, mientras
el caso sigue en que están “desaparecidos”.
A todo esto quiero llegar con que es
impactante que en el siglo XXI sigan ocurriendo estas cosas, y el otro día que
estaba hablando con Fer (maestro) debatíamos si no conocemos y estudiamos la
historia, estamos condenados a repetirla. No es algo que se pueda decir tan
fácil, pero lo que si se, es que a mucha gente no le importa lo que paso en
Alemania de 1941-1945, en Uganda, y sin irse más lejos en Tlatelolco 68´. No es
como si a un grupo de crimen organizado le importa, puede que conozca las consecuencias
pero muchas o casi siempre, el dinero mueve al mundo. Todo esto es porque los
narcos (la mayoría de las veces) no tuvieron una educación propia y la mejor
alternativa para vivir es matar a unas cuantas personas y al día siguiente una
casa nueva con un coche.
Las raíces del problema con el
que vivimos son varias, gobierno, educación, salud, etc… Desde hace 20 años el
país empezó a decir que la forma para salir de esto era con la educación, ya
conocemos el cuento, si todo mundo estudia una carrera no habrá necesidad de
entrar al crimen organizado y así sigue la historia muchas páginas más. ¿Pero
como es que con la educación vamos a salir de esta? ¿Que no es importante la
convivencia familiar, unos buenos padres que nos “forjen” para que no estemos
tentados al narco?
Nosotros somos afortunados
porque como decía un conferencista en el día de desorientados (a la última
hora): Nosotros no conocemos a México, no lo sentimos, no sabemos que es lo que
está pasando. Pero ahí afuera existe mucha desigualdad y una cantidad de
problemas que no nos merecemos. Ahora me pregunto: ¿Qué hago para cambiar a mi
país? La verdad es que nadie sabe qué hacer. Así llevamos mucho tiempo, todos
queremos un cambio y ojala que de verdad encontremos cuál es el problema y sus
soluciones porque ya no es normal el caso de los 43 desaparecidos.
Bien por escoger el tema. La pregunta es esa: ¿que hacemos Santiago? ¿qué podemos hacer? tampoco tengo respuestas pero sabemos la pregunta, con eso se puede empezar. Sin duda, rescato que cuestiones el mito de la educación. Desde mi punto de vista, la educación ya dejó de ser una respuesta. Yo me iría a la empatía entre mexicanos, al reconocimiento del otro, a la práctica de facilitar el camino a mis semejantes. Qué se yo.
ResponderEliminarTienes 10.