Sin titulo, sin sentido y sin tema.

Debido a la falta de contenido que se ha visto durante la clase en las últimas semanas, me veo obligado a escribir sobre un tema completamente ajeno a la clase de filosofía. Pero quién sabe, quizá acabe aterrizando en algo relacionado a la clase, pues sinceramente no tengo la más remota idea de que podría escribir. Pero yo soy de la idea de que escribiendo van saliendo las ideas, porque todo se trata de espontaneidad. Es como conversar con un amigo sobre el momento, sobre los recuerdos o sobre lo que sea; no hay un orden de que se debe decir primero, simplemente lo dices cuando te viene a la mente. Y así es lo mismo con las ideas, uno tiene que conversar con el papel, contarle lo que te viene a la mente. De repente paro de escribir y pienso que esto que estoy escribiendo no tiene ningún sentido y probablemente no llegue a ningún punto y a continuación me viene la idea de que probablemente debería de volver a empezar, escribir alguna reflexión de algo útil o de lo que sea. Pero en este momento esta es mi reflexión, una reflexión algo extraña debo admitir, pero sigue siendo una reflexión. Y no tengo por qué parar de escribir, aun que sean puras incoherencias. De hecho, ahora que lo pienso, todas estas incoherencias son mucho más sustanciales que una reflexión de una película, o de un tema visto en clase. ¿Por qué? Porque esta es una reflexión que comprueba que no hay nadie igual a mí. Estoy plasmando mis ideas más espontaneas de este momento en el papel. De que nos sirve analizar un mismo tema durante tanto tiempo, y enfocarnos simplemente en eso y siempre llegar a las mismas conclusiones, a los mismos problemas, a los mismos orígenes, cuando podríamos pensar simplemente en que estamos pensando y sumergirnos un poco en las ideas del momento. Probablemente, para este punto, ya dije demasiadas tonterías, pero supongo que han de ser tonterías divertidas. Bueno, no sé, yo pienso que ha de ser divertido leer un aproximado de todo lo que le pasa por la mente a alguien más. Y sí, creo que sigue careciendo de sentido todo esto, pero ya es demasiado tarde para borrarlo y volver a empezar. Por un momento tuve una idea que tenía gran sentido en mi mente, pero se me escapó mientras tecleaba. Jamás había hecho nada similar a esto, porque generalmente cuando estoy haciendo un trabajo de esta índole mi subconsciente me dice, “piensa, debes escribir lo que los maestros quieren leer, no lo que tú quieres escribir.” Si me pusiera a escribir lo que en verdad quiero decir, probablemente mis calificaciones serían muy diferentes y los demás tendrían otra imagen de mí. Creo que lo mejor de escribir cosas sin sentido, sin orden y sin coherencia es que, al igual que una conversación, acabas cuando ya no tienes nada que decir. Y creo que por ahora mi cerebro está algo apagado, o al menos creo que ya cumplí con mi objetivo. Por supuesto que podría seguir escribiendo un pergamino interminable, por que las ideas nunca paran y el cerebro nunca deja de estar activo, pero sería inútil y más que eso, sería algo impensable.