Tiempos de Duda.

Desde que comenzó la filosofía en la Grecia antigua hasta el año 500 d.C. aproximadamente, la filosofía tenía una actitud de asombro antes la naturaleza. Se pensaba que el mundo existía desde siempre y que tanto los dioses (inmortales y responsables de la creación del mundo y de los fenómenos naturales) como los hombres formaban parte de él.   

Después vino la filosofía medieval que duro del siglo V al XV. En este tiempo la filosofía tenía todo que ver con la fe ciega en Dios. El único que existe por derecho propio es Dios y el mundo y los hombres somos por que Dios nos da el ser. Es aquí donde hace su aparición en la filosofía el concepto de creación. Seguido por la modernidad, se convirtió en una época donde la duda buscaba una respuesta exigentemente. El centro de atención lo ocupaba el hombre, dejando así todos los demás temas como secundarios; Nada podía decidirse de Dios o del mundo si no se definía antes con claridad lo que el hombre era capaz de conocer con seguridad. Esta época dio lugar a grandes filósofos, entre ellos el “padre de la modernidad” Descartes, Locke, Berkeley, Kant, Hegel y Fichte entre muchos otros.

Finalmente llegamos a la filosofía Contemporánea, a los “tiempos de duda”. Es aquí donde grandes pensadores y autores como Kierkegaard, Scopenhauer y Nietzsche hablan de la incertidumbre y la ambigüedad. Hablan de la existencia de y sus efectos (angustia/desesperación), el pesimismo teórico y la nada que sigue después del todo y  de la “muerte de Dios” respectivamente. Se extiende el consenso respecto de la improbabilidad de arribar a conocimientos absolutos. Además, Nietzsche habla de la transmutación de valores (el cambio de los valores viejos a los nuevos) y la capacidad de cambiar los valores por los propios (Súper hombres).