La escuela de Atenas

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martes, 19 de noviembre de 2013

El flujo y nuestra existencia

El flujo y nuestra existencia:

Muchas veces me encuentro pensando en la muerte. Pienso de que ocurriría cuando muera, probablemente mucha gente se pondría triste… por lo menos eso esperaría. Pero eso es simplemente una idea subjetiva, si lo miramos objetivamente si morimos el mundo se seguiría moviendo como si nada hubiera pasado. Al fin y acabo solo somos una pequeña existencia que tiene poco de valor. Claro esto es visto desde un punto objetivo…
   Pero en fin cuando una pequeña existencia, como nosotros muere, nuestro cuerpo se queda atrás aun existiendo. Pero nuestra alma con esperanza trascenderá. Nuestro cuerpo si esta destinados a ser descompuestos por bacterias y a convertirnos en parte de la tierra, nutrientes para plantas. Esas plantas se convertirán alimento para herbívoros y los herbívoros alimento para los carnívoros. Estamos atados a un ciclo de la vida que no podemos romper, nos movemos en este ciclo que hasta en lugares que no conocemos. Este gran flujo que no podemos apreciar por el ojo humano que, no podemos ni tocar. Una fuerza que está más allá de nosotros a lo que le podemos llamar el universo.

    Nuestra pequeña existencia representa hasta una pequeña parte de ese flujo, ayuda a mantener en balance a este flujo. Este gran universo que fluye con una gran ley que no podremos jamás comprender. Por eso cuando hablamos de la muerte no es malo, es parte de este flujo que mantiene al universo en balance… por lo menos así lo podemos ver para reconfortarnos de lo que en verdad trae la muerte (la tristeza, el dolor, etc…) Solo podemos esperar que nuestras almas sean eternas o resuciten. O tal vez jamás existió este concepto de alma y somos simplemente otro ser destinado a ser parte de este flujo eterno de renovación y al morir lo único que hacemos es nada. Pero a nadie le gusta escuchar que no somos nada, nos damos nosotros mismos este sentido de vida. Como decían las palabras de Descartes “pienso luego existo”. Yo mismo me atribuyo estos aspectos. Pero a la hora de nuestra muerte mis atribuciones desvanecen… yo ya no estoy consciente de mi existencia, es más yo ni la tengo. No tengo manera de pensar por lo tanto no existo. Lo único que nos queda es que los demás nos atribuyan una existencia y si logramos hacer eso entonces seremos inmortales.

2 comentarios:

  1. Interesante abordaje. Si la trascendencia existe, sin duda, sería como tú lo dices: basada en los demás. A mí me parece que una vida sí hace diferencia en otras porque las toca. Una persona importante lo será siendo hasta que muramos, es lo interesante de esto. Además, lo que mencionas sobre el equilibrio que alcanza al mundo es una idea muy interesante que da mucho para reflexionar. Bien Rodrigo. Tienes 10.

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  2. Al igual que Fernando, estoy de acuerdo de que abordaste el tema de una manera muy interesante, en especial porque relacionas la existencia con la mezcla del Empirismo con el Racionalismo. Además, coincido de que el pensar en la muerte no es malo, ya que además de pensar en lo que es la vida y los ciclos dentro de ella, siento que nos permite ver lo puro y profundo que es la vida, así como el valorar que la tenemos...
    Siempre espero que todo ser humano valore su vida, independientemente de como lo sea, ya que lo es todo para nosotros, ¿no?

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